Por Marcela Fugardo
En los últimos tiempos, el concepto de patrimonio cultural extendió sus fronteras al territorio de la vida cotidiana, las identidades barriales, los patrimonios de cercanía, etcétera. La calesita, un juego entrañable en el paisaje del barrio y, con frecuencia, de la plaza, suele estar presente en tres momentos vitales de los vecinos: de niño en compañía de sus padres; de adulto, cuando acompaña a sus hijos y. más tarde, cuando ya es abuelo, lleva a sus nietos. Difícilmente se logre escapar de por lo menos a uno de estos tres momentos, que se asociarán mayormente a recuerdos felices.
Calesita de la Plaza 9 de Julio, Martínez. Archivo Asociación del Recuerdo.
Valoración patrimonial de las calesitas
1- Como juego o entretenimiento infantil asociado a un artefacto motorizado que describe un movimiento rotatorio continuo, equipado con figuras de animales, personajes o vehículos a modo de asientos, y con el acompañamiento de música. Todas estas características (sumadas al desafío de arrebatar la sortija), hacen de las calesitas un fenómeno identitario singular, que remite al país patrimonial de la niñez y sus imaginarios.
2- Su progresiva desaparición de los barrios convierten a aquellas que aun funcionan en bienes patrimoniales escasos, que mantienen activada la memoria de los adultos que alguna vez las frecuentaron, y que, a la vez, proveen un disfrute actualizado a los niños del presente que, dentro de varios años, las recordarán como parte inseparable de sus vivencias identitarias y de sus arraigos afectivos a determinados lugares.
3- Su pérdida completa afectaría, pues, a las generaciones adultas (al privarlas de un dispositivo de memoria identitaria) y a las generaciones infantiles del presente (al privarlas de un juego entrañable que, algún día, se convertirá en un recuerdo).
4- Por otra parte, su presencia inconfundible en el paisaje de los barrios, con la singularidad que las distingue (morfología, colores, decoración, música, movimiento, etcétera) es una marca urbana reconocible y evocativa. A punto tal que, cuando una vieja calesita ha sido retirada de su sitio tradicional, el terreno vacío queda referenciado por los vecinos, con cierta nostalgia, como: “Aquí estaba la calesita…”.
5- También es ponderable el rol de los calesiteros o calesiteras, guardianes de un oficio y, en algunos casos muy señalados, son parte inescindible de la experiencia de “ir a la calesita”, como el caso de Ana María en Villa Adelina, figura reconocible que mereció una declaratoria de interés del Honorable Concejo Deliberante en 2022.
En la actualidad, son cinco las calesitas del partido de San Isidro:
-
Plaza
Castiglia (San Isidro).
-
Plaza
Manuel Belgrano (Villa Adelina)
-
Paseo
de los Inmigrantes (Villa Adelina)
-
Plaza
Almirante Brown (Villa Adelina)
-
Plaza
9 de Julio (Martínez).
Aspectos descriptivos y fotografías:
A continuación ofrecemos el listado de las cinco calesitas con algunos datos históricos (lo que ha sido posible recabar) y una breve descripción.
SAN
ISIDRO
Calesita de la Plaza Castiglia
Don Bosco, Garibaldi, Jacinto Díaz y Monseñor Alberti.
La
cortina y el biombo, que consta de doce paneles, se encuentran integradas a la
base. Los bastidores lucen los clásicos dibujos infantiles de Walt Disney (y
sus películas), pintados a mano. En cambio en el sector del biombo alternan
dibujos con posters.
Una
variedad de animales, autos y lanchas conviven en armonía. Como remate, la
calesita luce la figura de un Minion alternativo (es de color azul mientras los
Minions son amarillos), que vino a reemplazar a un caballito.
VILLA
ADELINA
Calesita de la Plaza Manuel Belgrano
Martina Céspedes, Deán Funes, La Calandria y Gdor. Emilio Castro.
En 1982, con motivo de reformas en la Plaza “Gral. Belgrano” se previó un sector el lugar para una calesita, en la esquina de Deán Funes y Martina Céspedes. Los paneles de su cortina y de su biombo exhiben dibujos infantiles pintados a mano. Allí se pueden ver Anteojito, el tío Rico, Patoruzito, etcétera.
Bajo su techo conviven cuatro caballos, una nave espacial, un planeador, un cisne, un banco de a dos, dos burritos y el elefantito Dumbo. Como remate, la calesita exhibe un brioso corcel tallado.
VILLA
ADELINA
Calesita del Paseo de los Inmigrantes
El Indio, Piedrabuena, Soldado de Malvinas y las vías del ferrocarril.
El sector de la cortina alterna sus paneles con hileras de bombitas de colores. Los dibujos pintados a mano, lucen personajes de Walt Disney, Hanna-Barbera, los Pitufos, el Correcaminos, de Looney Toons. Las figuras de caballos, autitos, leones, cisnes, dinosaurio y un helicóptero, son todas de fibra de vidrio y son fijas, es decir, no suben ni bajan.
Como remate la calesita exhibe un brioso corcel rampante.
De
las cinco calesitas del Partido de San Isidro, esta es la única que tiene un
espacio libre entre la plataforma y la parte central, lo cual, sin supervisión
de los padres, puede resultar peligroso.
Cuando la Municipalidad le solicitó a Ana María que levantara un alambrado alrededor de su calesita, se vio obligada a vender las antiguas figuras de madera para hacer frente a ese gasto. Con el tiempo, se arrepintió de esta decisión, pero fue la única alternativa que encontró en aquel momento.
Desde hace años, Ana María recibe en su Calesita a distintas entidades y ONGs dedicadas al acompañamiento de niños y niñas con discapacidad. Desde hace décadas generaciones de niños y niñas sanisidrenses han forjado su niñez en este espacio, haciendo que el lugar forme parte del acervo cultural y social de Villa Adelina. Por estos motivos, en el año 2022, el Honorable Concejo Deliberante de San Isidro, declaró la Calesita de Ana María, de interés cultural.
En
la actualidad, y debido a su edad, continúan el oficio calesitero su hijo
Esteban y su nieta Rocío, y Ana María los acompaña cuando puede y hay buen
tiempo. Para ella, su vida es esta calesita y las generaciones de niños y niñas
que la saludan y la reconocen como parte indisoluble de su infancia.
Esteban y Rocío, hijo y nieta de Ana María, continúan con orgullo el oficio heredado.
Los paneles del sector de la cortina ostentan espejos ovalados, una característica única entre las calesitas sanisidrenses. El sector del biombo fue modificado para poder cubrir el hueco que quedaba entre el biombo y la plataforma, de ahí su inclinación. Los bastidores lucen posters con dibujos animados o personajes de películas de Walt Disney como Toy Story, Madagascar, Power Rangers y los Minions.
Las figuras son todas de fibra de vidrio y entre ellas alternan los caballos, burritos, el autito de la película Cars, un elefantito; y una lancha, un tanque y una locomotora que son verdaderas piezas vintage (los más antiguos de esta calesita), por los que han pasado varias generaciones. El cielorraso luce tiras de bombitas de colores, y como remate la calesita presume una estrella.
MARTÍNEZ
Calesita Pampín
Plaza 9 de Julio/Beruti, Monseñor Larumbe, Necochea y Córdoba.
Luego
de que la calesita del gallego Ramón Suárez dejó vacante el terreno vecino a la
antigua capilla Santa Teresita de Martínez, frente a la Plaza 9 de Julio, llegó
allí con su calesita Ramón Pampín, gallego y calesitero itinerante (apodado
“Upeto”), junto a su esposa Consuelo, quienes desde 1936 recorrían la ciudad de
Buenos Aires con su calesita "La Porteña", la cual llegaría a visitar
84 lugares (entre la ciudad de Buenos Aires y el interior del país). Upeto
trabajaba en una tintorería industrial, mientras su esposa atendía la calesita.
La calesita de Pampín en su primera ubicación, en el terreno vacante, al lado del templo, se asoma por detrás de los vecinos que presencian la maratón por la calle M. Larumbe. Archivo Asociación del Recuerdo.
La buena ubicación frente a la plaza, los decidió a quedarse por un lapso mayor a tres meses, hasta la remodelación de la Plaza “9 de Julio”, en 1983, momento en que se trasladan a la plaza.
En aquel entonces, la Municipalidad les exige para instalarse en la plaza un “carrusell”. Por esta razón, Upeto y Consuelo vendieron su vieja calesita y adquirieron la actual, fabricada alrededor de 1970, en el barrio de Mataderos, por el Sr. Juan Luis Dapueto, argentino, apodado “Juan Miseria”. Este carrusell fue realizado artesanalmente por este verdadero artista: el centro de madera, incluido “el palo del medio”, los pisos, los bancos, caballitos, cigüeñales, iluminación, biombos, cortinas, etcétera.
Hace un tiempo fue necesario efectuarle algunos trabajos de reparación, que realizó el Sr. Roberto Mario Couto (apodado “el niño”), histórico calesitero de Parque Saavedra, quien reemplazó el “palo del medio” de madera por una columna de hierro. Agradecemos al Sr. Coco Santarcieri, quien pocos saben que fue calesitero, por estos datos que me ofreció en 2010, al consultarle acerca de la historia de la calesita de la Plaza “9 de Julio”.
La calesita Pampín continúa con Alejandra Pampín, una de los seis nietos del matrimonio calesitero.
Tanto los paneles de la cortina como los del biombo exhiben posters con dibujos animados de películas de Walt Disney (Toy Story, Cars, La Sirenita, La Bella y la Bestia, Buscando a Nemo, Princesas, Monsters Inc., los Power Rangers, el Hombre Araña, el increíble Hulk).
Entre
las figuras (todas de fibra de vidrio) conviven los caballos (“solo para uso de
chicos hasta 3 años”), un helicóptero, un tanque, una lancha, una vaca, un
dragoncito, dos peces, una foca y su pelota, Bambi y el elefantito Dumbo. Es la
única calesita sanisidrense que no tiene una figura de remate.
¿Cuándo llegó la primera calesita a San Isidro?
Quizá haya sido la calesita de la esquina de
Belgrano y Cosme Beccar la primera calesita en girar en San Isidro. Pero esta
hipótesis no debe tomarse como definitiva.
La invitación cursada a vecinos cercanos a los 70 años (y un poco más), a recordar las calesitas a las que concurrían en su infancia, nos estimula a consignar los datos ofrecidos, y a llamarlas “las calesitas ausentes” o “las calesitas que ya no están”, son las que permanecen en el recuerdo y la memoria de los vecinos o en alguna vieja fotografía. Calesitas itinerantes que se armaban en terrenos vacíos, junto a ferias en la temporada de verano o cercanas a la estación de ferrocarril.
Cabe destacar que localidades como Boulogne y Beccar, que no cuentan en la actualidad con calesitas, las tuvieron y los vecinos las recuerdan vivamente.
San Isidro
1) La calesita de la Estación: son muchos los vecinos que recuerdan hacia la década de 1940, la calesita de la esquina de Cosme Beccar y Belgrano. Luego estuvieron allí las “Grandes tiendas Santa Rosa”, y ahora la Confitería Alvear.
2) La calesita de plaza Alsina: faltaría corroborar este dato con más testimonios.
Unas
cuadras más adelante, la zapatería “La calesita”, ubicada en la calle 9 de
Julio 368, es un clásico del corredor comercial céntrico de San Isidro, que
recupera en su logo la imagen del toldo de la calesita.
14)
La calesita del Supermercado Minimax
(Pacheco y Edison).
Los hermanos Gilardi junto al encargado de la estación de servicio ESSO, ubicada en Av. Santa Fe y Pacheco. Al fondo el Supermercado Minimax (hoy Carrefour). Archivo Asociación del Recuerdo, Martínez.
15) La calesita de Av. Santa Fe entre Vélez Sarsfield y Santiago del Estero. (El Mangrullo): en la década de 1960 en una parrilla tipo quincho de madera, llamada “El Mangrullo” que (tenía, justamente, un mangrullo alto sobre el techo como los de los fortines); y entre la parrilla y la avenida, había una calesita. Ponían boleros de Los Panchos y se llenaba de chicos. Además por estar en la vereda de la sombra, era ideal en verano.
16) La calesita junto a las vías del tren: hacia el año 2000, existió una calesita ubicada al costado de las vías, a una cuadra de la Estación Martínez, al final de la calle Vicente López.
Beccar
1) La calesita de la Estación: son muchos los vecinos que recuerdan hacia la década de 1950 la calesita a pocos metros de la estación (“al lado del Club Social”), en el sector de bajada de la escalera del antiguo puente de fundición. Los terrenos que eran parte del Club Social y Deportivo Beccar, donde estuvo luego la “parrillita” del Club, y que hoy ocupa por uno de los edificios de departamentos.
La
consulta a través de la página de Facebook “Vecinos de Beccar”, sobre antiguas
calesitas y sus ubicaciones, promovida por el delegado municipal de Beccar, Sr. Carlos Juncos.
El
posteo arrojó, como síntesis, el siguiente resultado:
-
Al lado del Club Social Beccar;
- Billinghurst
y José Ingenieros;
-
Plaza Nahuel;
- Rolón
y Posadas;
-
French y Juan B. Justo;
- Navarro
y Haedo (tirada por caballo). Hoy se encuentra un edificio de tres pisos;
- Navarro
y Centenario que hace 68 años recuerda y se trasladó a Ingenieros y Gral .Paz;
- Posadas
y Madame Curie;
- Juan
B. Justo y Charcas;
- Roma
y José Ingenieros al lado del ex Kiosco de Pano que era diariero en la zona.
Villa Adelina
1) La calesita de la estación: según
señaló Pedro Kropfl en su libro La
metamorfosis de San Isidro, existió hacia 1958 en Villa Adelina, cerca de la
estación, una calesita, cuyo calesitero era el gallego Manuel Castello.
Boulogne
1) La calesita de la calle Alem y Sáenz: la adquirió la Sra. Ana María a la hija de un calesitero (sin más datos de momento) y la mudó en un terreno frente a la vieja feria de alimentos.
2) La calesita de Ana María: instaló su calesita, en 1972, en un terreno en la calle Piedrabuena y Av. Rolon de Boulogne, frente a la vieja feria de alimentos, y giró allí hasta 1981. La misma calesita, al retomar el período democrático en 1983, se instaló en la Plaza Brown de Villa Adelina, donde se encuentra hasta el día de hoy.
3) La calesita de abajo del puente: son muchos los vecinos que recuerdan esta calesita, aunque no pudimos obtener mayores datos. Partió al comenzar las obras del túnel que reemplazaron al puente.
Existe en Boulogne una
carnicería llamada “La calesita” ubicada en Yatay 8.
Acassuso
1) La calesita “La alegría”: propiedad de Coco Santarcieri, estuvo ubicada en Av. Santa Fe y Urquiza, en 1974, donde hoy se encuentra la heladería “Colonial”, al lado de la palmera que todavía existe en la playa de una concesionaria de autos. Había una cancha de fútbol, calesita y un bellísimo pulmón de manzana (era el jardín del Ex Instituto Charcot), al momento en que Techint terminó de construir las cuatro torres, sobre Santa Fe y Albarellos.
Agradecimiento:
A los amigos/vecinos consultados, a la
Asociación del Recuerdo por el aporte de fotografías, y un especial recuerdo
póstumo al Sr. Coco Santarcieri, calesitero en algún momento de su juventud, que
itineró con su Calesita “La Alegría”, por numerosos terrenos de Martínez y
Acassuso, entre 1972 y 1980. A él se deben los valiosos datos de las calesitas
martinenses.
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