miércoles, 15 de mayo de 2024

15 DE MAYO: PROCESIÓN DE SAN ISIDRO LABRADOR. PATRIMONIO INMATERIAL, MEMORIA VIVA E IDENTITARIA DE UNA COMUNIDAD

Fotografía Semanario parroquial de San Isidro.

En el casco histórico de San Isidro, cada 15 de mayo, la comunidad renueva una tradición espiritual de más de tres siglos.


Partiendo del templo parroquial neogótico (hoy catedral) y atravesando el amplio atrio, las imágenes devocionales de San Isidro labrador y de Santa María de la Cabeza son conducidas en andas por las calles de la ciudad. 


Una multitud de vecinas y vecinos las acompaña en procesión fervorosa, entonando cánticos y elevando plegarias.


Es la fiesta patronal, dedicada al Santo madrileño Isidro labrador, que en el santoral de la iglesia católica se celebra el 15 de mayo.


Más allá de su significación estrictamente religiosa, el evento forma parte de las tradiciones lugareñas e integra, de modo eminente, el "patrimonio inmaterial" de San Isidro, ese patrimonio que hemos aprendido a valorar tanto como los monumentos, y que tiene como soporte, ya no las piedras de un edificio, sino la memoria viva e identitaria de una comunidad.


Este rito de la procesión del santo patrono es, en su tipo, uno de los más antiguos de la provincia de buenos aires, ya que remonta sus orígenes a los tiempos hispánicos, cuando el calendario litúrgico marcaba los ritmos de la vida cotidiana en la capital porteña y su comarca. San Isidro, como poblado de vieja data del pago de la costa, formaba parte de ese contorno territorial.


Nos impacta no sólo su antigüedad sino, sobre todo, su asombrosa perduración, su celebración de modo ininterrumpido y su vigencia, a lo largo de más de 300 años, desde la fundación de la primera y modesta capilla, a fines del siglo XVII.


Desde entonces, generaciones de sanisidrenses (grandes y chicos, padres, madres e hijos, abuelos, abuelas y nietos, hombres y mujeres), han reiterado la costumbre de sus mayores, una y otra vez, renovando cada año la expresión pública de su fe y, además, su sentido de pertenencia, su respeto a la memoria ancestral y su arraigo afectivo a una territorio concreto, nutrido de historia.


Por eso decimos, con orgullo y convicción, que la fiesta patronal y la procesión del santo son prácticas devocionales identitarias en San Isidro: porque nos "identifican" como comunidad y nos conectan, como eslabones, con la cadena de los recuerdos colectivos de las familias locales, tanto las de viejo arraigo como las más nuevas. Todas ellas se sienten interpeladas, cada 15 de mayo, al unísono, por los ecos de las voces orantes y los recuerdos intangibles que pueblan el aire en las cercanías de la plaza.


Reconociendo este arraigo afectivo, en Honorable Concejo Deliberante declaró, en el año 2023 (Resolución N.° 10), “Patrimonio Cultural Inmaterial la celebración del Santo Patrono San Isidro Labrador”.


La devoción religiosa que convoca el santo patrono, se plasma en la reunión popular en la plaza y sus alrededores. Una práctica habitual, asociada a la procesión, consistía en la realización de una kermesse, que solía extenderse durante varios días, en la Plaza misma, donde aún hoy muchos recuerdan haber tomado parte en los juegos y entretenimientos con premios (que iban desde un pollito hasta un chanchito) preparados por diversas instituciones sanisidrenses.


María Luisa Lanzavecchia de Paván y las fiestas patronales hacia 1910.

“Mi vida. Mi niñez, mi infancia, mi adolescencia” (inédito). MBAHMSI.

Llegó el 15 de mayo: este relato corresponde a varios 15 de mayo, porque circunstancia más o circunstancia menos se repetía invariablemente así: mamá desde muy temprano extendía sobre la cama, la ropa que nos pondríamos para viajar a San Isidro. Era el día del Santo Patrono, San Isidro Labrador, fecha muy comprometida para el corazón. Tomábamos el tren del “bajo” en la vieja estación Retiro; el recorrido era hermoso, costeando lugares agrestes con profusión de santas ritas, campanillas de colores, damas de noche que al paso del tren, mientras la enorme máquina bufaba y bufaba chorros de vapor, iban cerrando sus corolas; confortables viajes en lustrosos trenes con grandes espejos; llegando a San Isidro, divisábamos el río, nuestro Río de la Plata, aquel río de los inolvidables paseos y pic-nic de entonces. Subíamos lentamente la barranca de la calle Ituzaingó, entre sauces y paraísos, hasta 25 de Mayo, la calle que vivían mis abuelos ¡Cómo nos esperaban! Ya estaba Pina, sabe Dios desde que hora temprana preparando el plato favorito del 15 de mayo ¡arroz con pollo! ¡Qué rico era! Pollito del gallinero de mis abuelos; creo que no me equivoco si digo que estos pollitos los venían criando especialmente año tras año, para este día…







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