jueves, 24 de octubre de 2024

LAS REJAS DE LA PLAZA OLAZÁBAL: SU ORIGEN Y SU ITINERARIO

Por Marcela Fugardo

Octubre 2024


Proveniencia de los paños de verja

 

Es tradición documentada en la historiografía local que esas rejas provienen de la Estación del Parque del Ferrocarril Oeste, el primero de la República Argentina inaugurado el 30 de agosto de 1857. 


Plano del Paseo del Parque.

Publicado en la Memoria de la Municipalidad de la ciudad de Buenos Aires de 1860.



Estación del Parque c1880. Foto AGN.



Estación del Parque c1880. Foto AGN.
Izquierda, detalle imagen anterior; derecha, ubicación actual en el acceso al Colegio Santa María y su Capilla anexa. Foto MF, 2016.



La Plaza del Parque con el Palacio Miró al fondo y la Estación a la derecha, c 1870.


 

La Estación del Parque, desafectada el 1.° de enero de1883, estaba situada en uno de los laterales de la actual Plaza Lavalle, entre las calles Del Cerrito (hoy Cerrito), Tucumán, Libertad y Temple (hoy Viamonte).


¿Cómo llegaron estas rejas al Partido de San Isidro?

Luego del cierre de la Estación del Parque, aquellas piezas de herrería fueron solicitadas al gobierno por la Sociedad Socorros de San Isidro (fundada en 1872), para las obras de un gran complejo de caridad, que comprendían un Asilo y un Hospital, y cuya piedra fundamental fue colocada en 1885. 


El cronista local Adrián Beccar Varela se refiere a la iniciativa de obtener la reja, en la cual participó en forma principal y directa su propia madre, doña María Varela de Beccar, a la sazón presidenta de dicha Sociedad. Señala Adrián Beccar Varela:

La elegante y artística reja que hoy circunda el edificio es la que existía en la vieja estación del Parque, que estaba abandonada, siendo sacada de un sitio, donde totalmente debía perderse, por la insistencia de las damas que la requerían para su Asilo. (San Isidro. Reseña histórica, 1906, p. 345).

 

Por su parte, señala implícitamente Alberto Meyer Arana:

Obsesionada [María Varela de Beccar] en su sueño de realizar el Asilo y establecer el hospital, el pueblo de San Isidro la vió postular ante los poderes públicos y acechar el momento de sorprender á los funcionarios y obligarlos á dar recursos, si no siempre en dinero, en efectos utilizables –sobra de ladrillos, rejas usadas, hierros viejos. Su ojo alerta descubría los más insignificantes desperdicios de las obras públicas, y los gestionaba con empeño para utilizarlos con gratitud. (La caridad en Buenos Aires, 1911, p. 13).


Antiguo Hospital de San Isidro c 1920. Foto AGN.




Rotograbado La Prensa, 25-III-1928.


Las piezas depositadas actualmente en la Plaza Olazábal provienen, pues, del viejo Hospital de San Isidro, ubicado en la calle Juan José Díaz, y fueron retiradas por la Municipalidad, para su preservación, en 2004, antes de la venta de aquella propiedad.

La extracción comprendió: 

- 6 (seis) paños regulares de aprox. 2 m de ancho x 1,47 de alto; 

- 2 (dos) paños de aprox. 2,75 de ancho x 1,49 de alto; 

- 2 (dos) hojas del monumental portón central de acceso al viejo hospital de aprox.1,84 de ancho x 2,57 en su parte más alta; 

- 2 (dos) portezuelas laterales del tipo morfológico “colgante” de aprox.1,39 de ancho x 1,86 de alto.


Todavía puede observarse in situ una parte remanente de aquellas piezas de herrería en el acceso a la Capilla y Colegio Santa María (cuyos edificios formaron parte de las obras impulsadas por la sociedad benéfica sanisidrense), en la avenida Del Libertador y la calle Primera Junta.


Edificio del Asilo y la Capilla Santa María en construcción, con la verja ya instalada. 

Foto MBAHMSI.


Edificio del ex Asilo y la Capilla Santa María en la actualidad, con la verja ya instalada. Obsérvese la permanencia de un sector de la verja. Fotos MF, 2016.



Edificio de la Capilla y ex Asilo (hoy Colegio Santa María) en la actualidad. 
Tramos remanentes de la verja. Foto MF, 2016.


Valoración histórica, artística y patrimonial

 

Se trata, sin duda, de un bien histórico que, aún desmembrado de sus emplazamientos anteriores (la Estación del Parque y el viejo Hospital de San Isidro), pertenece al patrimonio artístico-industrial local, en tanto fue, no sólo integrada a un edificio de sanidad pública, sino, además, preservada por la Municipalidad.

 

Su carácter histórico deviene doblemente, tanto de su anterior función al servicio de la primera arquitectura ferroviaria de Buenos Aires, como, luego, de su reutilización en el antiguo Hospital.


Las rejas en los jardines de la Casa Alfaro.
Fotos MF, 2022.

No existen indicios visibles del lugar de fabricación. Su hechura es de excelente calidad y ofrece un testimonio de este tipo de productos industriales de alta sensibilidad artística, asociados al sistema ferroviario.

 

Su lenguaje general es pintoresquista y medievalista. El diseño se resuelve en barrotes verticales de sección cilíndrica que, en el caso de los paños menores, concluyen en un friso decorado con cuatrifolios estilizados y rematan en crestas floreales. Junto a estos existe el antiguo portón del hospital (de dos hojas) y sus dos portezuelas laterales que difieren morfológicamente y en cuanto a su diseño formal, de los paños antes mencionados, por cuanto adoptan una silueta curva del tipo llamado “colgante” y exhiben otras diferencias ornamentales y de tamaño. En todos los casos, e invariablemente, los barrotes son de sección cilíndrica.


Los pilares de fundición de hierro que completaban el diseño de la verja, adoptaban la forma de una columna estriada con su capitel del orden compuesto, aunque muy reelaborado, y un elemento decorativo de coronamiento del tipo “cassolette”; pero, lamentablemente, no integran el conjunto rescatado y únicamente han sobrevivido en el acceso al Colegio Santa María y su Capilla anexa.

 

Cabe señalar que existen otros paños de ella en una propiedad particular en la calle Repetto al 100, de la ciudad de Martínez.


 

Ponderación de su reutilización

 

La razón virtuosa que implica toda reutilización de bienes patrimoniales muebles (en este caso, manteniendo su función de origen como elemento de cierre de un predio) sin alterar su materialidad, puede ponderarse en la presente propuesta.

 

 

Interpretación y señalamiento

 

Tratándose de un bien patrimonial que pronuncia un discurso histórico doble (su origen industrial ferroviario y su uso siguiente en un edificio local) corresponde poner a disposición de los transeúntes y visitantes recursos de interpretación que permitan una apreciación en clave de memoria identitaria.

 

Para ello, y según las buenas prácticas en la materia, sería conveniente la colocación de un letrero o cartel o panel que ofrezca los datos inherentes a la proveniencia del bien, las circunstancias de su arribo a nuestra comunidad y otros aspectos descriptivos relativos a su estética y a su modo de fabricación como testimonio de una etapa de la llamada Revolución Industrial.

 

Asimismo, estos carteles suelen complementarse con un código QR en el cual se reproduce el mismo texto propuesto. 



Caras y Caretas, N.° 1537. Septiembre de 1901.







sábado, 5 de octubre de 2024

RECENSIÓN EN LA REVISTA TODO ES HISTORIA N.º 680 DEL LIBRO "EL ESLABÓN PERDIDO. LA CASA DE DESCANSO DEL INGENIERO SALAMONE EN MARTÍNEZ"








EL ESLABÓN PERDIDO EN LA OBRA DEL INGENIERO SALAMONE.... AHORA REENCONTRADO POR MARCELA FUGARDO Y RENÉ LONGONI : ¡ESTABA EN MARTÍNEZ!


Apareció finalmente. Esa casa propia en las barrancas de Martínez, de la que existía un evanescente recuerdo familiar y no se sabía ni dónde estaba ni cómo era. Ahora conocemos los detalles de su arquitectura, de su emplazamiento, de su singular lenguaje expresivo, de su transformación posterior y de su irreparable pérdida como patrimonio local, hace ya muchos años. 
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En este libro breve pero intenso, les contamos esa historia que atraviesa el núcleo más intimista del genial proyectista que fue Francisco Salamone y que quiso pasar sus temporadas de descanso en nuestro distrito, junto a su familia. Una investigación que nos dió enorme gusto compartir con el Arq. René Longoni, que fue provocada a la distancia por la inquietud de Daniela Redi Pessin, nieta de Salamone y que contó con la colaboración del Dr. Oscar De Masi. Y una vez más, con la prolija tarea editorial de @maizalediciones y su genial diseñadora Sophie le Comte.







 

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 Por Marcela Fugardo Tanto la histórica Confitería El Molino como la panadería La Argentina, en San Isidro, han apalancado su fuerte protago...