Por Marcela Fugardo
Octubre 2024
Proveniencia de los paños de verja
Es tradición documentada en la historiografía local que esas rejas provienen de la Estación del Parque del Ferrocarril Oeste, el primero de la República Argentina inaugurado el 30 de agosto de 1857.
Plano
del Paseo del Parque.
Publicado
en la Memoria de la Municipalidad de la ciudad de Buenos Aires de 1860.
Estación
del Parque c1880. Foto AGN.
La
Estación del Parque, desafectada el 1.° de enero de1883, estaba situada en uno
de los laterales de la actual Plaza Lavalle, entre las calles Del Cerrito (hoy
Cerrito), Tucumán, Libertad y Temple (hoy Viamonte).
¿Cómo llegaron estas rejas al Partido de San Isidro?
Luego del cierre de la Estación del Parque, aquellas piezas de herrería fueron solicitadas al gobierno por la Sociedad Socorros de San Isidro (fundada en 1872), para las obras de un gran complejo de caridad, que comprendían un Asilo y un Hospital, y cuya piedra fundamental fue colocada en 1885.
El
cronista local Adrián Beccar Varela se refiere a la iniciativa de obtener la
reja, en la cual participó en forma principal y directa su propia madre, doña
María Varela de Beccar, a la sazón presidenta de dicha Sociedad. Señala Adrián Beccar
Varela:
La
elegante y artística reja que hoy circunda el edificio es la que existía en la
vieja estación del Parque,
que estaba abandonada, siendo sacada de un sitio, donde totalmente debía
perderse, por la insistencia de las damas que la requerían para su Asilo. (San
Isidro. Reseña histórica, 1906, p. 345).
Por
su parte, señala implícitamente Alberto Meyer Arana:
Obsesionada [María
Varela de Beccar] en su sueño de realizar
el Asilo y establecer el hospital, el pueblo de San Isidro la vió postular ante
los poderes públicos y acechar el momento de sorprender á los funcionarios y
obligarlos á dar recursos, si no siempre en dinero, en efectos utilizables –sobra
de ladrillos, rejas usadas, hierros
viejos. Su ojo alerta descubría los más insignificantes desperdicios de las
obras públicas, y los gestionaba con empeño para utilizarlos con gratitud. (La
caridad en Buenos Aires, 1911, p. 13).
Las piezas depositadas actualmente en la Plaza Olazábal provienen, pues, del viejo Hospital de San Isidro, ubicado en la calle Juan José Díaz, y fueron retiradas por la Municipalidad, para su preservación, en 2004, antes de la venta de aquella propiedad.
La extracción comprendió:
- 6 (seis) paños regulares de aprox. 2 m de ancho x 1,47 de alto;
- 2 (dos) paños de aprox. 2,75 de ancho x 1,49 de alto;
- 2 (dos) hojas del monumental portón central de acceso al viejo hospital de aprox.1,84 de ancho x 2,57 en su parte más alta;
- 2 (dos) portezuelas laterales del tipo morfológico “colgante” de aprox.1,39 de ancho x 1,86 de alto.
Todavía puede observarse in situ una parte remanente de aquellas piezas de herrería en el acceso a la Capilla y Colegio Santa María (cuyos edificios formaron parte de las obras impulsadas por la sociedad benéfica sanisidrense), en la avenida Del Libertador y la calle Primera Junta.
Edificio del Asilo y la Capilla Santa María en construcción, con la verja ya instalada.
Foto MBAHMSI.
Edificio del ex Asilo y la Capilla Santa María en la actualidad, con la verja ya instalada. Obsérvese la permanencia de un sector de la verja. Fotos MF, 2016.
Valoración histórica,
artística y patrimonial
Se
trata, sin duda, de un bien histórico que, aún desmembrado de sus
emplazamientos anteriores (la Estación del Parque y el viejo Hospital de San
Isidro), pertenece al patrimonio artístico-industrial
local, en tanto fue, no sólo integrada a un edificio de sanidad pública,
sino, además, preservada por la Municipalidad.
Su carácter histórico
deviene doblemente, tanto de su anterior función al servicio de la primera
arquitectura ferroviaria de Buenos Aires, como, luego, de su reutilización en
el antiguo Hospital.
No
existen indicios visibles del lugar de fabricación. Su hechura es de excelente
calidad y ofrece un testimonio de este tipo de productos industriales de alta
sensibilidad artística, asociados al sistema ferroviario.
Su
lenguaje general es pintoresquista y medievalista. El diseño se resuelve en
barrotes verticales de sección cilíndrica que, en el caso de los paños menores,
concluyen en un friso decorado con cuatrifolios estilizados y rematan en
crestas floreales. Junto a estos existe el antiguo portón del hospital (de dos
hojas) y sus dos portezuelas laterales que difieren morfológicamente y en
cuanto a su diseño formal, de los paños antes mencionados, por cuanto adoptan
una silueta curva del tipo llamado “colgante” y exhiben otras diferencias
ornamentales y de tamaño. En todos los casos, e invariablemente, los barrotes
son de sección cilíndrica.
Los
pilares de fundición de hierro que completaban el diseño de la verja, adoptaban
la forma de una columna estriada con su capitel del orden compuesto, aunque muy
reelaborado, y un elemento decorativo de coronamiento del tipo “cassolette”;
pero, lamentablemente, no integran el conjunto rescatado y únicamente han
sobrevivido en el acceso al Colegio Santa María y su Capilla anexa.
Cabe señalar que existen otros paños de ella en una propiedad particular en la calle Repetto al 100, de la ciudad de Martínez.
Ponderación de su
reutilización
La
razón virtuosa que implica toda reutilización de bienes patrimoniales muebles
(en este caso, manteniendo su función de origen como elemento de cierre de un
predio) sin alterar su materialidad, puede ponderarse en la presente propuesta.
Interpretación y señalamiento
Tratándose
de un bien patrimonial que pronuncia un discurso histórico doble (su origen
industrial ferroviario y su uso siguiente en un edificio local) corresponde
poner a disposición de los transeúntes y visitantes recursos de interpretación que
permitan una apreciación en clave de memoria identitaria.
Para
ello, y según las buenas prácticas en la materia, sería conveniente la
colocación de un letrero o cartel o panel que ofrezca los datos inherentes a la
proveniencia del bien, las circunstancias de su arribo a nuestra comunidad y
otros aspectos descriptivos relativos a su estética y a su modo de fabricación
como testimonio de una etapa de la llamada Revolución Industrial.
Asimismo, estos carteles suelen complementarse con un código QR en el cual se reproduce el mismo texto propuesto.