lunes, 4 de septiembre de 2023

IV JORNADAS DE HISTORIA DE LOS BARRIOS DEL FONDO DE LA LEGUA

El panteón del Círculo Católico de Obreros en el cementerio de Boulogne

Por Oscar A. De Masi y Marcela Fugardo (y la colaboración de Julio Cacciatore)



Les comparto un anticipo: estaré presentando aspectos de este interesante edificio en las IV Jornadas de los Barrios del Fondo de la Legua el próximo 30 de septiembre. Gracias a los historiadores del Fondo de la Legua por este espacio de socialización y debate de tantísimos temas de interés local. 


Este trabajo forma parte de dos programas de investigación y critica en curso: por un lado, el relevamiento exhaustivo y análisis de los sitios de memoria funeraria en San Isidro, en etapa de revisión final, conducido por el Dr. Oscar A. De Masi desde 2012, y en el cual participa la co-autora como colaboradora senior; por el otro, los relevamientos de la arquitectura y el paisaje urbano de las seis localidades de San Isidro, desarrollados en el campo entre 2022-2023 junto al Arq. Julio Cacciatore y que nutren los contenidos áulicos dictados por nuestra cátedra en la Diplomatura en Historia y Patrimonio de San Isidro y el Pago de la Costa, en la USI.


La presentación de este anticipo, referido al Panteón del Círculo Católico de Obreros en el Cementerio de Boulogne, pretende una primera socialización del tema en el ámbito de los investigadores y en la comunidad de los vecinos y vecinas del Fondo de la Legua, susceptible de ulteriores ampliaciones. A este trabajo sigue un estudio similar del panteón del Círculo Católico de Obreros de San Isidro Labrador, en el Cementerio Central de San Isidro, ya concluido.


La presencia del Panteón del Círculo de Boulogne, inaugurado en 1972 tras largos años de postergación de la iniciativa, es un hecho perceptual ineludible, a causa de su privilegiada ubicación, de su morfología singular y del lenguaje expresivo proyectual, que corresponde al movimiento llamado de las "Casas Blancas" (o "Casablanquismo").


La excepcionalidad de este edificio destinado a la tumulación de los restos de los socios locales de la institución (como parte del componente mutualista que caracterizó a los CCO) tiene que ver, precisamente, con el empleo de aquel lenguaje, inusual para un programa funerario, y más bien orientado a la producción de viviendas o iglesias (el caso de Nuestra Señora de Fátima en Martínez es ilustrativo). Se trataba de un movimiento estético que orientaba sus búsquedas hacia una arquitectura que pudiera calificarse como nacional argentina y que recogiera la preceptiva de la vanguardia, logrando sistemas constructivos económicos y modernos.


El autor fue el arquitecto Félix Ruiz Martínez, quien participó en la exposición pionera del año 1964 que dio nombre al movimiento de las Casas Blancas y que, además, registra otras obras suyas en el partido de San Isidro.


Sin duda configura hoy un bien patrimonial funerario de alto valor identitario, derivado tanto de la institución comitente (el Círculo Católico de Obreros de Boulogne, representativo de las barriadas populares católicas de esa localidad y de Villa Adelina, como territorios donde predominaban las familias de clase trabajadora, que en el léxico epocal de finales de los años de 1950 se designaba como “la masa laboral”), como de su esfuerzo estético, sus calidades constructivas y la maestría de su proyectista.


Los que quieran saber más, no dejen de asistir. ¡Serán bienvenidos!







domingo, 3 de septiembre de 2023

¡SEGUIMOS PATRIMONIANDO! DOS OPERACIONES PATRIMONIALES EN UN MISMO PROGRAMA EN LA USI. PRIMERA PARTE: RECEPCIÓN E INTERPRETACIÓN DEL BUSTO DEL CARDENAL COPELLO

 Por Marcela Fugardo




¿Se acuerdan de este busto en yeso, ejecutado por el escultor Leone Tommasi?

Durante los años en que tuve el privilegio de dirigir el Museo Beccar Varela, el objeto artístico permaneció exhibido en la sala fundacional, junto a la antigua pila bautismal y la cruz de la torre del viejo templo. Luego, una concepción diferente del guión hizo que Copello fuera a dar a un depósito, alejado de la mirada de los visitantes. Pero, siendo propiedad de la Iglesia de San Isidro, junto al Obispo, al rector de la USI y a la Cátedra Adrián Beccar Varela, nos pareció que era una acción virtuosa el recuperarlo como bien patrimonial que alude a una figura tan identitaria como el primer cardenal argentino, nativo de San Isidro y siempre arraigado afectivamente en estos paisajes.

El día 16-VIII lo colocamos en un sitio muy visible de la Universidad. Lo bendijo el Obispo y fui invitada a pronunciar unas palabras luego del Rector. 



La ceremonia tuvo el calor emocionante de haber congregado a tantos amigos y amigas de nuestra Diplomatura! Las fotos hablan por si solas.



Permítanme comenzar con un recuerdo personal. Este busto del cardenal Copello estuvo exhibido durante muchos años en el Museo Beccar Varela que tuve el honor de dirigir hasta el año 2021. Lo recibí de mi antecesor como parte de la sala fundacional y allí permaneció. ¿Por qué? Básicamente por dos razones: la primera porque Copello es una figura identitaria de San isidro, una figura ejemplar además (y aquí está el director del Instituto Vocacional San José para reafirmarlo); la segunda, porque Leone Tommasi es un escultor de renombre mundial que tuvo su taller en San isidro en los años que van de 1952 a 1955 más o menos. Bastaban esas dos razones para tenerlo a la vista como estaba.

Lamentablemente, al retirarme de la dirección del Museo, quienes me sucedieron en la función directiva juzgaron que ni Copello ni Tommasi merecían esa visibilidad en el nuevo guión museológico, y por eso el busto permaneció guardado en un depósito. Juzgaron mal, a mi criterio. Pero, como suele ocurrir que la Providencia de Dios, de los males saca bienes, ese error nos permitió solicitar la devolución de la obra de arte a su legítimo dueño que es la Iglesia de San Isidro.

Y fue idea de la cátedra Adrián Beccar Varela que coordina el Prof. De Masi el traer el busto a la USI, para que esta figura vuelva a provocar la pregunta identitaria en nuestra comunidad universitaria: ¿Quién fue Copello? ¿Por qué está aquí Copello? Y, de paso, adquirir para el patrimonio de la Universidad una de las pocas obras que quedan en el país de Leone Tommasi. Es un privilegio.

Lo demás fue sencillo: De Masi encontró inmediato eco en el rector el Dr. Del Percio (por algo dicen que son amigos desde hace cuarenta años...), quien a su vez encontró inmediato eco en el Obispo Monseñor Ojea...

Y le tocó a nuestra Diplomatura la "operación patrimonial", la logística de recuperar el busto, de preparar los textos y fotografías para este panel de interpretación (porque los bienes patrimoniales no se comprenden sin interpretación) y de coordinar el esfuerzo que hoy culmina en esta ceremonia. Y tras varias idas y vueltas y cruce de opiniones, decidimos que este era el mejor lugar, el más notorio en el diario trajinar de esta comunidad. ¿Cómo no verlo cuando subes o cuando bajas? Ojalá que su contemplación sea motivo de disfrute artístico y de reflexión histórica.

Naturalmente que para lograr este feliz final, contamos con el concurso de varios amigos y amigas de la Universidad que deseo mencionar. En primer lugar el arquitecto Hernán Lando que se encargó de la ejecución de la repisa (y de testear que resista el peso del busto... por eso hubo aquí arriba durante varias semanas unas pesas...); luego, como siempre, Elsa Chaver y el equipo de mantenimiento facilitaron toda la logística para arreglar la instalación eléctrica, la pintura y los demás detalles.

Y, por supuesto, así como ven el busto tan reluciente, hubo que realizar algún trabajo de limpieza conservativa, con mucho respeto a la obra de arte (porque no fue una restauración propiamente). Y fue la querida museóloga Martha Amato, miembro comprometido del consejo de la Fundación Plácido Marín, quien aportó su trabajo en forma honoraria y, junto a quien les habla, desempolvamos la figura del cardenal Copello para que luzca como luce hoy y reciba la bendición del señor Obispo y el aplauso afectuoso de todos ustedes. 

Muchas gracias


















LOS ANTIGUOS BUZONES DEL CORREO, HITOS DE IDENTIDAD BARRIAL (ANTES DEL EMAIL...)

Por Marcela Fugardo


¿Quién no reconoce los buzones de hierro fundido que emplazaba el Correo en la vía pública? Muchas veces lo hacía en la propia vereda de su local o sus estafetas; otras, en cambio, en esquinas céntricas o en otros puntos. Su morfología y su color resultan inconfundibles: fustes cilíndricos colorados, coronados por un casquete saledizo que protege la boca por donde se ingresaban las cartas. Por debajo de la boca, siempre en el frente, existe una portezuela con llave para la recolección de la correspondencia, que efectuaba personal del Correo. Bordeando el canto de la tapa puede leerse el nombre del fundidor-fabricante de la pieza, que no siempre era el mismo establecimiento (cuatro buzones sanisidrenses llevan la marca de Bash Hnos. - Talleres del Fénix).


Fueron elementos del mobiliario funcional de la empresa de Correos, pero han sido en su mayoría desafectados del uso y con frecuencia retirados de su sitio. Persisten algunos, que pronuncian un discurso de memoria identitaria barrial, como parte del paisaje cotidiano y, a la vez, como disparadores de recuerdos asociados a la práctica epocal del envío de cartas de cartas escritas y postales. Aún en la simpleza del objeto, confluyen las invariantes del patrimonio material-mueble (equipamiento urbano) y del patrimonio inmaterial (memoria de prácticas de época).


Comparto con Ustedes los 7 que he identificado en nuestro partido. ¡Y que merecen ser preservados!


PD: Existe un octavo buzón que en breve volverá al sitio donde se encontraba.





ANALOGÍAS EN DIFERENTE ESCALA PARA UN MISMO RUBRO

 Por Marcela Fugardo Tanto la histórica Confitería El Molino como la panadería La Argentina, en San Isidro, han apalancado su fuerte protago...