El panteón del Círculo Católico de Obreros en el cementerio de Boulogne
Por Oscar A. De Masi y Marcela Fugardo (y la colaboración de Julio Cacciatore)
Les comparto un anticipo: estaré presentando aspectos de este interesante edificio en las IV Jornadas de los Barrios del Fondo de la Legua el próximo 30 de septiembre. Gracias a los historiadores del Fondo de la Legua por este espacio de socialización y debate de tantísimos temas de interés local.
Este trabajo forma parte de dos programas de investigación y critica en curso: por un lado, el relevamiento exhaustivo y análisis de los sitios de memoria funeraria en San Isidro, en etapa de revisión final, conducido por el Dr. Oscar A. De Masi desde 2012, y en el cual participa la co-autora como colaboradora senior; por el otro, los relevamientos de la arquitectura y el paisaje urbano de las seis localidades de San Isidro, desarrollados en el campo entre 2022-2023 junto al Arq. Julio Cacciatore y que nutren los contenidos áulicos dictados por nuestra cátedra en la Diplomatura en Historia y Patrimonio de San Isidro y el Pago de la Costa, en la USI.
La presentación de este anticipo, referido al Panteón del Círculo Católico de Obreros en el Cementerio de Boulogne, pretende una primera socialización del tema en el ámbito de los investigadores y en la comunidad de los vecinos y vecinas del Fondo de la Legua, susceptible de ulteriores ampliaciones. A este trabajo sigue un estudio similar del panteón del Círculo Católico de Obreros de San Isidro Labrador, en el Cementerio Central de San Isidro, ya concluido.
La presencia del Panteón del Círculo de Boulogne, inaugurado en 1972 tras largos años de postergación de la iniciativa, es un hecho perceptual ineludible, a causa de su privilegiada ubicación, de su morfología singular y del lenguaje expresivo proyectual, que corresponde al movimiento llamado de las "Casas Blancas" (o "Casablanquismo").
La excepcionalidad de este edificio destinado a la tumulación de los restos de los socios locales de la institución (como parte del componente mutualista que caracterizó a los CCO) tiene que ver, precisamente, con el empleo de aquel lenguaje, inusual para un programa funerario, y más bien orientado a la producción de viviendas o iglesias (el caso de Nuestra Señora de Fátima en Martínez es ilustrativo). Se trataba de un movimiento estético que orientaba sus búsquedas hacia una arquitectura que pudiera calificarse como nacional argentina y que recogiera la preceptiva de la vanguardia, logrando sistemas constructivos económicos y modernos.
El autor fue el arquitecto Félix Ruiz Martínez, quien participó en la exposición pionera del año 1964 que dio nombre al movimiento de las Casas Blancas y que, además, registra otras obras suyas en el partido de San Isidro.
Sin duda configura hoy un bien patrimonial funerario de alto valor identitario, derivado tanto de la institución comitente (el Círculo Católico de Obreros de Boulogne, representativo de las barriadas populares católicas de esa localidad y de Villa Adelina, como territorios donde predominaban las familias de clase trabajadora, que en el léxico epocal de finales de los años de 1950 se designaba como “la masa laboral”), como de su esfuerzo estético, sus calidades constructivas y la maestría de su proyectista.
Los que quieran saber más, no dejen de asistir. ¡Serán bienvenidos!